Buharda

BUHARDA

Una buharda (o bujarda con aspiración de la h) es una ‘construcción rural de planta redonda y falsa bóveda’. Consiste en una especie de chozo de piedra seca o unida con argamasa que sirve de refugio y vigilancia a pastores y campesinos. Se refugió en la buharda hasta que pasó la tormenta.

En Feria se conservan varias decenas de estos habitáculos de piedras dispersas por los parajes del término. Muchas de ellas en estado ruinoso pues, perdida su función, el abandono parece haberlos sentenciado de forma irremisible. Mientras tanto  estos y otros humildes modelos de arquitectura rural adaptada el medio —levantadas con los materiales más cercanos  y por ello, tan enraizadas en la tierra que pisamos— nos siguen recordando el respeto al entorno y a la naturaleza del lugar.

Esas buhardas tan útiles hasta hace poco tiempo, tal como refleja José Muñoz en «La Villa de Feria» (tomo I, pág. 84) al describir el paisaje de Sierra Vieja:

Al término de la vereda, el «Bramaero″, lugar que recuerda a los gamos y venados cuando entran en celo. El «zurrimicle″ aletea y escudriña el suelo. Este lugar aún conserva los corrales con su buharda; el último aprisco utilizado hasta hace unas décadas. Aquí solían reunirse las cabras y ovejas que pastaban por la sierra.

Toma su nombre del vano que se deja para que salga el humo, pues esto era en un principio una buharda, un respiradero de la carbonera o el hueco que se deja en un cubículo para que entre el aire y la luz, después también el ‘ventanuco del desván’ y, por extensión, ‘el mismo desván en que está el ventanuco’ (hoy buhardilla por ser incómoda y pequeña). De la palabra onomatopéyica bufar, imitativa del sonido buff del resoplar el animal o el viento por el respiradero, de donde bufarra y buharda. Con aspiración de la h procedente de f.

Este es el término que predomina en la Baja Extremadura para estos chozos de piedra. En la provincia de Cáceres la variedad de tipos y nombres es más variado según la comarca de que se trate.

Y así, además de chozo de horma o chozón, se denominan muru (en Las Hurdes y Tierras de Granadilla), garnacho (Valle de Ambroz), bujío (Sierra de San Pedro y Llanos de Cáceres), bóveda (chozo de), que se convierte en bobia (en Garrovillas de Alconétar), y otros como batuca (Las Villuercas), torreón (Cañaveral) y torruca entre otros. Algunos de los cuales aparecen en este párrafo de los hermanos Herrero Uceda (de Ceclavín) en «Mi Extremadura, La Cultura Rural»:

El paisanaje ha conformado el paisaje con construcciones en piedra que se pueden observar en los campos, como los bohíos de pastores o zahurdones, los colmenares, los corrales, los apriscos, las torrucas o los muros de los linderos. Construcciones en armonía con la naturaleza… El bohío, también llamado bujíu o zahurdón es un habitáculo de pastores, hecho en mampostería de piedra seca, sin mortero.

En nuestra Comunidad, también se llama chafardo el ‘chozo de los pastores’ o cualquier ‘refugio o construcción más o menos permanente en el campo’; con todas sus variantes locales tales como chufardo, chuhardo, chafurdo, chafurdón (Val de Xálima y Sierra de Gata), chahurdo, chahurdón o zahurdón. Por influjo del portugués chafurdo o chafurdão, al ser obras de  pedreirus portugueses.

Como remate, cabe recordar estos versos de un romance recogido por Bonifacio Gil en el «Cancionero popular extremeño»:

En la bujarda del pozo
la gargantilla quedó
y los pendientes y el lazo,
la cadena y el reló.

©Juan-José Becerra Ladera
LA VOZ DE FERIA


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