Rafero

RAFERO

Rafero es un sujeto cicatero y mezquino, especialmente aquel que escatima y hurta lo que debe dar en el peso o en la medida. No seas tan rafero, hombre, y no quites ese tomate.

En Feria se emplea con este sentido: Es mu rafero, siempre te da lo menos posible. En Extremadura aparece también rafero como ‘laminero, goloso, que gusta y coge de todo’ (en Badajoz).

Con el verbo raferear ‘comer a destiempo algunas cosas’: Sois unos raferos de cuidado y añadáis rafereando toda la tarde de forma que por la noche no cenáis (También se aplica el término rafero a la ‘persona que se apropia de pequeñas cosas que no son suyas’), según recoge Ramírez García en Fuente de Cantos.

Rafero deriva del verbo portugués rafar ‘hurtar en el peso o en la medida’ como rafa ‘penuria, escasez’ y rafado ‘raído, que no tiene el peso o la medida necesario, que le falta algo o no es suficiente’.

El portugués actual recoge rafeiro, especialmente aplicado a un perro guardián o que no pertenece a una raza definida por cruzamiento de varias de ellas.

Estas voces están emparentadas con el castellano rahez ‘vil, bajo, despreciable’, antiguo rafez ‘barato’, y con rafezar ‘envilecer, perder valor, tener en poco’, reliquias que mantiene el diccionario, pero olvidadas por el hablante actual. Y así lo reconoce ya Juan de Valdés (Díalogo de la lengua, 1535): “Raez, por fácil, está usado en algunas coplas antiguas, pero ya lo habemos desechado”.

©Juan-José Becerra Ladera

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