Faldiquera

FALDIQUERA

En Feria y en gran parte de la Extremadura rural, faldiquera es el ‘cada uno de los bolsillos laterales del calzón o pantalón’: No hay más amigos que Dios y un duro en la faldiquera; como se suele decir.

En principio faldiquera (faltriquera o faldriquera) es la bolsa postiza que se atan las mujeres debajo de la saya y, por consiguiente, los bolsillos laterales de los calzones del hombre cuando solo estos llevaban esta prenda.

En la provincia de Cáceres, además de bolsillo de las prendas de vestir, conserva el sentido original de ‘bolsillo que llevaban las mujeres en la falda o bolsa que se ataban debajo de ellas o del delantal’. Aunque la prenda va quedando en desuso, se conserva para designar la bolsa atada a la cintura que forma parte del traje típico regional.

También en Salamanca, Canarias y América (Colombia, México y Caribe) se conserva esta forma antigua en lugar de la oficial faltriquera o faldriquera. Portugués fraldiqueira.

Forma académica esta de faltriquera que se tenía por alteración de nuestra faldiquera, más próxima a su origen por derivar de faldica diminutivo de falda. Tal como aparece ya en el primer diccionario académico (Autoridades 1732):

«FALTRIQUERA. La bolsa que se trahe para guardar algunas cosas, embebida y cosida en las basquiñas y briales de las mugeres, a un lado y a otro, y en los dos lados de los calzones de los hombres, a distinción de los que se ponen en ellos un poco más adelante, y en las casacas y chupas para el mismo efecto, que se llaman Bolsillos: Viene de la voz Falda, por cuya razón dicen otros faldriquera».

Derivado de falda que se mantuvo hasta la última edición impresa (1992). Sin embargo, hoy se considera que faltriquera (o faldriquera) procede del mozárabe haṭrikáyra ‘(lugar) para llevar menudencias, bagatelas, fruslerías’, de la raíz consonántica árabe andalusí htr- con doble sufijación romance  -ik-ayra (> –era).

Bonifacio Gil recoge la variante faldiquera en esta copla en su Cancionero Popular de Extremadura:

Mi marido fue a segar
y no me quedó dinero,
y he tenío que empeñar
la faldiquera d’en medio.

©Juan-José Becerra Ladera

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